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"La historia es el progreso de la conciencia de la libertad". Hegel

miércoles, 9 de febrero de 2011

Renart, una leyenda medieval

Para encontrar las raíces del mito de Renart habría que remontarse alrededor del siglo VI a.c., con las fábulas escritas en Grecia por Esopo. Se trataba de breves narraciones protagonizadas por dos animales entre los que se planteaba un conflicto, y del desenlace del mismo se extraía una enseñanza moral. En las que figuraba el zorro, éste representaba la astucia y mostraba un infinito repertorio de artimañanas para engañar al cuervo o a la cigüeña.
También se hallan referencias al zorro en uno de los libros que componen la Biblia, el Cantar de los Cantares, fechado por Giuseppe Ricciotti en el siglo IV a.c., en el que se vislumbra una de sus cualidades intrínsecas: el hurto. 

"Cogednos zorros, zorros pequeños, que devastan los viñedos, y nuestra viña está en flor". Cantar de los Cantares (2:15).

Sin embargo, no es hasta bien entrada la Edad Media cuando aparece el Roman de Renart, con el que el zorro adquiere una dimensión más compleja y ambigua, fruto de la popularidad del mundo animal en la Edad Media, en el que se vertían los valores de la vida moral de los hombres y difundido por fabulistas como María de Francia, Walter de Inglaterra o Robert Henryson.
El Roman de Renart está escrito por diversos autores desde 1170 a 1250. En él nos encontramos una sociedad imaginaria con animales antropomórficos que representa la sociedad del momento, es decir, monárquica y feudal, y cada uno encarna un valor, sea defecto o virtud. El principal será, como no, el zorro Renart, que desempeña el papel del pícaro, el mentiroso. Su némesis la hallaremos en Ysengrin, el lobo, quien encarna el odio y la crueldad. Será humillado más de una vez por Renart, llegando al punto de seducir a su mujer, la loba Hersant, y mancillar su honor. También nos encontraremos al rey, personificado en el León llamado Noble. El rey león intentará ajusticiar a Renart, asediará su fortaleza y sin embargo, el zorro siempre logrará escapar, no sin antes llevar a cabo toda clase de ardides (usurpar su trono, seducir a la leona...). Es entonces cuando podemos percibir la ambigüedad del héroe Renart. Por un lado, sus actos tienen como fin encontrar desesperadamente alimento, pues el zorro es pobre, representa el escalón más bajo de la sociedad. Pero, ¿A qué precio?. Es la encarnación del héroe capaz de cometer mil maldades para que tenga éxito un fin loable. Es un héroe demonizado, mentiroso, el Vulpes vulpes de color rojo, representativo de la maldad. 
No obstante, el Roman de Renart contenía una fuerte carga crítica a la sociedad de su época, reprochando la incapacidad de los gobernantes a la hora de alimentar a su pueblo y también la burla hacia los tabúes impuestos por el clero.

Su lado negativo no dejó de reforzarse a lo largo de los siglos XIII y XIV, gracias a Renart le Bastourné, de Rutebeuf, una versión italiana conocida como Rainardo e Lesengrino o, ya en el siglo XV, Raynard de the fox, de William Claxton.  Sin embargo, su mala reputación dio un giro en los siglos XVII y XVIII de la mano del famoso fabulista La Fontaine y el naturalista Buffon. Para el primero el zorro sigue siendo golfo y perspicaz, pero le concede un barniz de humanidad, ubicándolo en una sociedad egoísta en la que busca su parcela de libertad. Para Buffon, a pesar de sus intentos de ser objetivo, le es imposible no mostrar sus simpatías:

"...Lo que el lobo no hace sino con la fuerza, él lo hace con la destreza...Hasta el punto de que, circunspecto, ingenioso y prudente...puede variar su conducta y tiene medios de reserva que sabe emplear para sus propósitos...No es en absoluto un animal vagabundo, sino un animal con domicilio".

Esta percepción del zorro, consolidada por el imaginario medieval y renovada en la edad moderna, es la que ha trascendido al siglo XX, pero no deja nunca de mutar. Ahora ya no nos encontramos un zorro para adultos, promiscuo y ladrón, sino un zorro para niños, inserto en cuentos, novelas y películas con un espíritu lúdico y pedagógico, como la película Robin Hood, de Walt Disney, en la que encontramos a Robin (el zorro), el rey Juan (el león) y el Sheriff de Nottingham (el lobo). 

Fuentes:
Le Goff, Jacques. Héroes, maravillas y leyendas de la Edad Media. Ed. Paidós 2010. 
Ruiz Capellán, Roberto. Cuentos de Renart el zorro. Univ. de Valladolid, 2009.

4 comentarios:

  1. Estupenda reseña. No sólo has hecho un estupendo resumen de estas fábulas medievales en torno al zorro sino que has aumentado mis ganas de leer esa obra relativamente reciente del profesor Le Goff.
    Un saludo!!

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  2. Hola Bragi. Me lo regalaron estas navidades y estoy apunto de terminarlo, es un libro magnífico, y el primero que leo de Le Goff.
    Muchas gracias por tu comentario y me alegro de que te haya gustado.
    Un saludo!!

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  3. Muy buena nota y súper interesante. Sin embargo, señalaría que no en todas las aventuras del ciclo de Renard el zorro es pobre. Yo he leído sólo una, 'Le jugement de Renard', pero allí el zorro es llamado 'barón' y tiene un castillo propio, que es justamente el que asedia el rey León para someterlo a la justicia. ¡Saludos!

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  4. Genial, pero quiero un resumen de aquella historia.

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